Rafael Emilio
Fortún
Chacón

Rafael Emilio Fortún Chacón
Foto
Panamerican World
Nacimiento:  
5
/
8
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1919
Fallecimiento:  
22
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6
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1982

Atleta cubano especializado en la carrera de velocidad. Fue tricampeón en Juegos Deportivos Panamericanos y tres veces titular en Juegos Centroamericanos y del Caribe. Alcanzó en total cinco medallas de oro y tres de plata.

Rafael Fortún nació en la ciudad de Camagüey. Hizo estudios en su ciudad natal hasta concluir el bachillerato, y matriculó en la Universidad de La Habana la carrera de Derecho, que no pudo concluir.

Por sus condiciones físicas, fue captado para practicar carreras de velocidad y salto de longitud.

En su primera competencia -en Camagüey, en el año 1941- representó a la Hermandad de Jóvenes Cubanos en el salto de altura. En esa especialidad igualó en una ocasión a Gerardo Casanova, recordista cubano de entonces.

En los Juegos Inter Antillas efectuados en San Juan, Puerto Rico, en 1944, logró medallas de bronce en la carrera de 200 metros y en salto alto -con marca de 1,88 metros.

Decidió después de esa experiencia especializarse como corredor de distancias cortas, atendiendo a sugerencias de varios expertos en deportes. Siempre entrenó corriendo descalzo, en el Casino Campestre y sus alrededores, hasta que el sacerdote Pedro Jaime Massaguer le obsequió sus primeros zapatos de carrera.

Se dio a conocer en justas convocadas por la Organización Deportiva de Cuba, así como en el primer festival en memoria de José Barrientos, efectuado en 1946. En diciembre del mismo año formó parte de la delegación cubana a los V Juegos Centroamericanos y del Caribe, en Barranquilla, Colombia, en los que estableció récord de velocidad en los 100 metros planos -con marca de 10,4 segundos- y venció al panameño Lloyd La Beach, quien dos años después alcanzaría medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Londres. Además, se impuso en los 200 metros con 21,6 segundos y terminó con presea de plata en el relevo 4 x 100 metros.

En los VI Juegos Centroamericanos y del Caribe, efectuados en Guatemala durante febrero y marzo de 1950, superó su velocidad anterior al correr 100 metros planos en 10,3 segundos. Además intervino en el relevo de 4 x 100 metros y obtuvo un segundo lugar en el doble hectómetro.

En marzo de 1954, en los VII Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en Ciudad de México, no compitió en 200 metros por haber sufrido una lesión, pero ganó medalla de oro en 100 metros planos con 10,5 segundos, y medalla de plata en la carrera de relevo de 4 x 100 metros. Tenía ya 35 años, edad avanzada para un deportista triunfador en cualquiera de esas difíciles modalidades. Antes de ese tercer triunfo en Juegos Centroamericanos y del Caribe, Fortún había participado exitosamente en dos Juegos Olímpicos; el primero en 1948 en Londres, donde llegó a semifinales, y en 1952 en Helsinki.

Había tomado parte también en los Primeros Juegos Deportivos Panamericanos, en Buenos Aires, durante los meses de febrero y marzo de 1951. En ellos fue la estrella del atletismo, al ganar medallas de oro en 100 y 200 metros planos, y de plata en la carrera de relevo de 4 x 100 metros, junto a Jesús Farrés, Ángel García y Raúl Mazorra.

Quince días antes de los juegos de Buenos Aires había quedado cesante de su modesto puesto en el Ministerio de Obras Públicas, así que a su paso por San Juan -en su viaje de regreso a Cuba-, pensó establecerse en Puerto Rico, pues allí le ofrecieron ventajosas oportunidades: una beca para cursar estudios universitarios de ingeniería mecánica o de cultura física, con alojamiento y ayuda económica, y un buen contrato para participar en algunos eventos deportivos. Decidió volver antes a Cuba para visitar a su familia, y cuando llegó a La Habana supo que la irritada opinión pública y la prensa habían obligado al ministro de Obras Públicas a declarar que había sido un error su cesantía, y a emplearlo nuevamente, en un puesto mejor remunerado. Rafael Fortún decidió entonces permanecer en su país.

También tomó parte en los juegos continentales de Ciudad de México, en 1955, y de Chicago, en 1959, donde se impuso en las pruebas de 100 metros planos.

Considerado el mejor corredor de distancias cortas de América, se mantuvo como campeón absoluto de las carreras de 100 y 200 metros planos durante ocho años, de 1946 a 1954. Mantuvo su récord nacional de 100 metros planos -de 10,3 segundos- de 1950 a 1960, y el de 200 metros planos – de 21,2 segundos- de 1951 a 1965; durante catorce años. Solo logró mejorar sus marcas en lo adelante Enrique Figuerola.

Se retiró como atleta activo en 1955, cuando fue derrotado en os oportunidades por Figuerola, quien con los años llegaría a ser también una estrella del atletismo cubano y mundial.

Titulado como profesor de educación física, después del triunfo de la Revolución Cubana de 1959 se especializó como entrenador, labor que combinó con las de juez o auxiliar de arrancada en certámenes nacionales e internacionales.

Transmitió sus experiencias a nuevos valores del atletismo cubano como Enrique Figuerola, Miguelina Cobián, Alberto Juantorena, Silvio Leonard y otros.

La muerte sorprendió a Rafael Fortún mientras integraba el Comité de Preparación de los XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, en La Habana, el 22 de junio de 1982.

Fue reconocido entre los cien mejores deportistas cubanos del siglo XX.


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